Con la llegada del mes de febrero, los síntomas de la alergia al polen de cipreses y arizónicas comienzan a hacerse notar en gran parte de la población. Este tipo de polen, característico de la familia de las cupresáceas, es el más abundante durante el invierno y, prácticamente, el único que provoca alergias en esta estación.
Los cipreses y las arizónicas, presentes tanto en jardines urbanos como en el campo, son los responsables de la mayoría de los casos de alergia invernal. Estas plantas, utilizadas frecuentemente como setos decorativos, liberan su polen con mayor intensidad tras las lluvias, especialmente en días soleados y con temperaturas agradables. Durante el mes de febrero, los niveles de polen en el ambiente alcanzan su punto máximo, lo que incrementa la incidencia de síntomas en las personas alérgicas.
El aumento de personas alérgicas al polen de cipreses y arizónicas se debe a varios factores. Por un lado, la proliferación de estas plantas en entornos urbanos y rurales ha incrementado la exposición al polen. Los cipreses y las arizónicas son especies muy utilizadas en jardines, parques y como setos debido a su bajo mantenimiento y resistencia, lo que ha llevado a una mayor presencia de su polen en el aire.
Por otro lado, el cambio climático también juega un papel importante. El aumento de las temperaturas y las alteraciones en los patrones de lluvia favorecen una polinización más intensa y prolongada. Además, la contaminación atmosférica puede potenciar la agresividad del polen, haciendo que las partículas sean más irritantes para las vías respiratorias.
Finalmente, los cambios en el estilo de vida, como una mayor exposición a ambientes urbanos y una menor interacción con la naturaleza en la infancia, han debilitado el sistema inmunológico de muchas personas, haciéndolas más propensas a desarrollar alergias.
El nivel de polen de cipreses y arizónicas varía considerablemente según las condiciones meteorológicas. Las horas centrales del día suelen ser las más críticas, ya que es cuando los niveles de polen alcanzan su pico. Sin embargo, las bajas temperaturas y las lluvias pueden reducir temporalmente su presencia en el aire.
Para quienes sufren alergia a estas plantas, es fundamental adoptar medidas preventivas y seguir el tratamiento indicado por su médico. Algunas recomendaciones incluyen:
Si bien la alergia a cipreses y arizónicas puede ser molesta, con las precauciones adecuadas es posible minimizar sus efectos y disfrutar de esta época del año sin mayores complicaciones.
Consulta los niveles de polen en tu zona y toma el control de tu salud. ¡No dejes que la alergia te detenga!