Asomadas al abismo de la hoz del río Huécar permanecen las Casas Colgadas -que no colgantes- de Cuenca. Símbolo y emblema de esta ciudad castellana que Alfonso VIII ganó en 1177 para la cristiandad, y que Fernando Zóbel ganó para el arte en 1966.
Todo comenzó con la visión audaz de Zóbel. A principios de los años sesenta, el artista filipino buscaba en España un lugar que pudiera acoger dignamente su colección de arte, y se fijó inicialmente en Toledo. Pero el conquense Gustavo Torner, un joven ingeniero de montes que soñaba con dedicarse al arte, y que había conocido a Zóbel, informó a este de la existencia de las Casas Colgadas, que recientemente habían culminado su rehabilitación. Torner y Zóbel expusieron la idea al alcalde de la ciudad, Rodrigo Lozano de la Fuente, que supo ver el grandísimo potencial que esta idea tenía para la ciudad.
En una España ávida de espacios para el arte contemporáneo, esta iniciativa fue un verdadero faro en la oscuridad, estableciendo un hito que trascendió fronteras.
Así se puso la semilla de esta joya cultural a la que Fernando Zóbel dio vida junto con artistas como el propio Gustavo Torner o Gerardo Rueda, entre otros. La hermosa iniciativa de Zóbel consiguió atraer a los artistas del Grupo El Paso, cuyos componentes asistieron a la inauguración del Museo. En él, la obra de muchos de estos artistas, como Feito, Canogar, Millares o Saura, permanece expuesta hasta el día de hoy junto a la de otros grandes artistas como Antoni Tàpies.
El Museo no solo deslumbra con su excepcional colección de obras que abarcan desde los años cincuenta hasta los ochenta del siglo pasado, sino que también te sumerge en la historia a través de su sede: las emblemáticas Casas Colgadas, testigos centenarios que aún conservan el eco de sus orígenes. El espacio está en constante adaptación y evolución con el fin de dar más espacio al museo y acomodar los contenidos expositivos.
Imagina recorrer sus salas y encontrarte cara a cara con las creaciones de genios como Millares, Tàpies, Sempere, Zóbel, Rueda, Torner… Cada pincelada, cada escultura, es un viaje introspectivo que desafía los límites de la percepción.
La colección del museo muestra obras de la generación abstracta de los años cincuenta y sesenta, continuadora, en cierto modo, de las ideas renovadoras de Picasso, Miró y Gris. El Museo de Arte Abstracto Español expone una colección de cerca de 130 pinturas y esculturas de artistas españoles de la "generación abstracta" de los años 50 y 60 del siglo XX (los ya mencionados Millares, Tàpies, Sempere, Torner, Rueda, Zóbel, Saura, y otros 30 artistas), así como de otros de los años 80 y 90. En 1980, el fundador del museo, Fernando Zóbel, donó su colección a la Fundación Juan March, que fue incorporada a la suya propia.
Pero la magia no termina ahí. El Museo de Arte Abstracto Español se reinventa constantemente, ofreciendo exposiciones temporales que añaden capas frescas a su narrativa artística. Además, su programa educativo te invita a sumergirte en el universo del arte, con propuestas didácticas y cursos que enriquecen la experiencia de cada visitante.
Te recomendamos que no dejes pasar la oportunidad de visitar este santuario del arte abstracto. Déjate llevar por sus formas, sus colores, y descubre un mundo donde la creatividad no conoce límites.
Datos de interés:
Museo de Arte Abstracto Español.
Casas Colgadas, Cuenca.
Abierto de martes a domingo, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00. Domingo, abierto solo por la mañana. Lunes cerrado.
Entrada gratuita
Cuadro (Homúnculo), de Manuel Millares
Signe de terra blanca, de Antoni Tàpies
Retrato imaginario de Felipe II, de Antonio Saura
El patio III, de Fernando Zóbel
Guadalquivir, de Gerardo Rueda