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La sidra asturiana ya es Patrimonio de la Humanidad

La sidra asturiana ha conquistado el mundo. Desde los llagares hasta el emblemático escanciado, esta bebida, tan arraigada en el corazón y el alma de Asturias, ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Un triunfo que aplauden tanto los amantes de la sidra como quienes ven en ella un símbolo de convivencia, tradición y buen vivir.

Pelayo Montaña - 4/12/2024
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¡Asturias está de enhorabuena! La UNESCO ha declarado la cultura sidrera asturiana Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconociendo su importancia como legado vivo que une tradición, paisaje y sociedad. La noticia llegó directamente desde Asunción, Paraguay, durante la 19ª reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Detrás de este logro hay más de nueve años de trabajo, desde que en 2014 se iniciaron los trámites para proteger esta tradición como Bien de Interés Cultural. La candidatura, impulsada por el Principado y defendida en Paraguay por representantes españoles, obtuvo un respaldo unánime. Y no es para menos: la sidra asturiana no es solo una bebida, es cultura pura.

El alma líquida de Asturias
En Asturias, la sidra no se bebe, se vive. Desde el sonido del escanciado hasta las espichas que llenan los llagares de risas y canciones, todo en torno a esta bebida tiene un sabor único. Elaborada a partir de manzanas autóctonas, su proceso de creación sigue métodos centenarios que convierten cada botella en una joya. El escanciado, además de un arte en sí mismo, libera el carácter burbujeante y refrescante de este “oro líquido”.

Pero la sidra es mucho más que técnica: es compañera de encuentros, símbolo de hospitalidad y un reflejo de la esencia asturiana. Su consumo compartido en los tradicionales "culetes" habla de comunidad y cercanía, valores que definen a esta región.

Un reconocimiento que trasciende fronteras
El reconocimiento de la UNESCO sitúa a Asturias en el mapa global del patrimonio cultural, junto a otras tradiciones como la guarania paraguaya o los quesos artesanales de Minas Gerais, en Brasil. Para el director de la Cátedra de la Sidra de la Universidad de Oviedo, Luis Benito García, este es un momento crucial: "La sidra es el elemento más identitario de los asturianos, una cultura viva que ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia".

Desde el Museo de la Sidra en Nava, epicentro de este universo cultural, la emoción era palpable. Ahora, con este reconocimiento, el reto es cuidar y potenciar esta tradición para que siga brillando durante siglos.

Un brindis por el futuro
La sidra asturiana se convierte así en patrimonio de todos, uniendo a quienes la producen, quienes la disfrutan y quienes la descubren por primera vez. Si aún no has vivido la experiencia de un buen escanciado, ya tienes la excusa perfecta para visitar Asturias, brindar con un culete y celebrar la vida. ¡Porque la sidra ye mundial!

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