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En pleno Día de la Hispanidad, La 1 de TVE emitió el documental Colón ADN, su verdadero origen, una producción que busca aclarar la procedencia de Cristóbal Colón a través del análisis de ADN. Según el investigador José Antonio Lorente, el perfil genético del hijo de Colón, Hernando, revela características que lo vinculan con el Mediterráneo occidental, en particular con la comunidad judía sefardí de la Península Ibérica. Este estudio, sin embargo, no presenta una conclusión definitiva, y genera más interrogantes sobre el verdadero origen del navegante.
El ADN puede ofrecer información valiosa sobre la procedencia de una persona al analizar marcadores genéticos específicos. En el caso del estudio de Colón, el ADN mitocondrial, transmitido por la línea materna, y el cromosoma Y, heredado exclusivamente por la línea paterna, son elementos clave. Estos pueden mostrar coincidencias con grupos genéticos actuales o antiguos, revelando patrones migratorios, vínculos con ciertas regiones geográficas o pertenencia a comunidades históricas, como los judíos sefardíes en este caso.
Sin embargo, la información que el ADN puede proporcionar tiene sus límites. Los estudios genéticos pueden señalar posibles coincidencias o eliminar ciertas teorías sobre los orígenes de una persona, pero no son necesariamente concluyentes en cuanto a un origen preciso. Es importante recordar que las poblaciones históricas han sido diversas y móviles, y compartir ciertas características genéticas con una población no es prueba definitiva de pertenencia exclusiva a la misma.
El documental sugiere que Colón habría tenido maestros judíos, lo que encajaría con algunas de sus tradiciones y costumbres, aunque públicamente se presentara como cristiano. Sin embargo, el intento de descartar otras teorías de su origen, como su posible vinculación con Italia o Francia, parece apresurado. A pesar de que algunas hipótesis populares se desestiman —como que fuera el corsario Pedro Ataide o el hijo del Príncipe de Viana—, el análisis genético no parece suficiente para cerrar el debate sobre sus raíces.
Juan García Sentandreu ya defendió la teoría de que Colón podría haber sido valenciano y judío en su obra Colón es valenciano, mencionando al valenciano Luis de Santángel, quien financió el viaje del navegante. No obstante, estas suposiciones continúan siendo frágiles, y el análisis del ADN por sí solo no bastaría para afirmarlo con certeza. Mientras que los restos de Colón y su hijo muestran vínculos con el Mediterráneo, ¿es suficiente para ubicarlo en Valencia o Aragón? Aquí, el documental parece llegar a conclusiones especulativas, ignorando otras posibilidades geográficas y contextuales.
Es relevante destacar que el ADN puede indicar con cierta probabilidad las zonas geográficas donde un ancestro pudo haber vivido, pero no necesariamente determina un origen cultural, lingüístico o incluso nacional. Los perfiles genéticos compartidos entre grupos poblacionales pueden deberse a factores como migraciones o matrimonios mixtos, y no siempre revelan un origen étnico concreto. En el caso de Colón, aunque las conexiones con el Mediterráneo y los judíos sefardíes son sugerentes, no son suficientes para trazar una línea directa entre su genética y su identidad cultural o nacional.
La ironía del estreno del documental en el Día de la Hispanidad no pasa desapercibida. Es llamativo que en esta fecha se exponga la teoría de que Cristóbal Colón, figura central de la expansión española, pudiera haber sido judío sefardí, sin ofrecer pruebas realmente concluyentes. Esto deja al espectador preguntándose sobre la verdadera intención del documental y de la propia cadena pública al difundir estas afirmaciones en un día tan simbólico.
El legado de Colón sigue envuelto en misterio, y este documental no logra arrojar la luz definitiva que promete. La procedencia del navegante continúa siendo objeto de debate, y diferentes regiones del mundo seguirán reclamando su figura como parte de su historia. Aún queda mucho por descubrir, y mientras tanto, este tipo de producciones corren el riesgo de más confundir que aclarar.
¿Podemos realmente confiar en que el ADN resolverá el enigma de Cristóbal Colón? El documental no lo hace.
