En el siglo XVIII, España era una de las grandes potencias mundiales, aunque comenzaba a enfrentarse a la creciente influencia de otras naciones como Gran Bretaña. Durante este periodo, bajo el reinado de Felipe V, el primer monarca de la dinastía Borbón en España, el país luchaba por mantener su vasto imperio colonial frente a las ambiciones expansionistas británicas. En este contexto de rivalidades globales, surgió la figura de Blas de Lezo, un almirante cuya valentía y genio militar marcaron la historia.
Blas de Lezo y Olavarrieta nació el 3 de febrero de 1689 en Pasajes, Guipúzcoa, y desde muy joven demostró su vocación por el mar. A los 12 años, se unió como guardiamarina a la flota francesa aliada de España durante la Guerra de Sucesión Española. Fue en esta etapa cuando comenzó a forjarse su leyenda, aunque también sufrió las heridas que le valdrían el apodo de "Mediohombre". Perdió una pierna en la batalla de Vélez-Málaga (1704), un ojo en la defensa de Tolón (1707) y el uso de un brazo tras un disparo de mosquete. Sin embargo, estas lesiones no mermaron su capacidad de liderazgo ni su determinación.
El episodio más destacado de su carrera llegó en 1741, durante la defensa de Cartagena de Indias, en la actual Colombia. En ese momento, el Imperio Británico, bajo el mando del almirante Edward Vernon, lanzó una de las mayores operaciones navales de la historia. Con más de 180 barcos y 25,000 hombres, los británicos buscaban tomar el control del Caribe y debilitar el dominio español en América.
Blas de Lezo, al mando de una fuerza mucho menor (6 barcos y unos 3,000 hombres), demostró su genio militar. Aprovechó el terreno, fortificó la ciudad y empleó tácticas innovadoras para resistir el asedio. A pesar de la abrumadora superioridad numérica británica, la flota de Vernon fue derrotada, perdiendo miles de hombres y viéndose obligada a retirarse. Esta victoria no solo aseguró el control español sobre el Caribe, sino que también frustró los planes de expansión británicos en América.
A pesar de su hazaña, Blas de Lezo no recibió el reconocimiento que merecía en vida. Murió poco después de la batalla, probablemente debido a una enfermedad contraída durante el asedio. Durante siglos, su figura quedó en el olvido, pero en las últimas décadas ha sido reivindicada como uno de los grandes héroes de la historia de España.
Hoy, Blas de Lezo es un símbolo de valentía, ingenio y resistencia frente a la adversidad. Su legado vive en monumentos, libros y documentales que recuerdan su papel en la defensa de Cartagena de Indias y su contribución al Imperio Español. En este aniversario de su nacimiento, rendimos homenaje a un hombre que, a pesar de sus heridas, nunca dejó de luchar por su patria.