El satélite Copernicus Sentinel-2C, diseñado para observar nuestro planeta, ha capturado algo que nadie esperaba: una increíble imagen de la Luna. Esta toma fue adquirida el pasado 20 de septiembre de 2024, como parte del proceso de calibración del satélite recién lanzado.
Aunque normalmente se centra en la Tierra, la Luna ofrece una referencia ideal para calibrar los sensores de la nave. Gracias a su brillo constante y conocido, los científicos pueden detectar cambios en el rendimiento de los instrumentos a lo largo del tiempo, asegurando la llamada “precisión radiométrica”. Esta técnica es fundamental para garantizar que el satélite continúe midiendo con precisión la intensidad de la luz, lo que permite recopilar datos ambientales fiables y precisos.
La imagen de la Luna no solo es visualmente sorprendente, sino que juega un papel crucial en el éxito de la misión del Copernicus Sentinel-2C, asegurando que las observaciones de la Tierra sigan siendo exactas y útiles para los estudios medioambientales.
¡Una vista única que nadie esperaba y que destaca la importancia de los pequeños detalles en la ciencia espacial!