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El Hospital de Albacete ha sido escenario de un hallazgo que invita a la reflexión sobre los efectos secundarios de la vacuna contra el COVID-19. Según declaraciones del Dr. Tomás Segura, jefe del servicio de Neurología del hospital, al canal local Visión 6, a finales de 2021 se observó un repunte en los casos de infarto cerebral de gran vaso en personas mayores de 80 años.
"En los meses inmediatamente posteriores a la tercera dosis de la vacuna comenzamos a atender el doble de casos de infarto cerebral de gran vaso. Pasamos de 10-12 casos al mes a cifras mucho más elevadas", explicó el Dr. Segura. Este aumento llevó al equipo médico a plantearse si podría existir una relación entre la dosis de refuerzo y estos eventos vasculares.
Para despejar dudas, se llevó a cabo un estudio exhaustivo que analizó los casos registrados en un período de 30 a 90 días tras la vacunación. Los resultados sugieren que la vacuna puede provocar una leve inflamación de las arterias en algunos pacientes, lo que, en personas con predisposición, podría facilitar fenómenos vasculares como infartos cerebrales o de miocardio.
El Dr. Segura subraya que este hallazgo no debe interpretarse como un argumento en contra de la vacunación, sino como una oportunidad para mejorar los protocolos. "No se trata de alimentar teorías antivacunas o conspiranoicas, sino de reflexionar sobre la necesidad de seleccionar cuidadosamente a los pacientes que reciben la vacuna, evitando administrarla a quienes no la necesiten", afirmó.
Este estudio pone de manifiesto la importancia de seguir investigando los efectos secundarios de las vacunas y de adaptar las estrategias de vacunación a las características individuales de los pacientes, especialmente en los grupos de mayor riesgo.
