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Un equipo de paleontólogos ha realizado un descubrimiento que está causando sensación en la comunidad científica: la identificación de una nueva especie de dinosaurio, Qunkasaura pintiquiniestra, en el yacimiento de Lo Hueco, en la provincia de Cuenca. Este dinosaurio, perteneciente al grupo de los titanosaurios, vivió hace aproximadamente 75 millones de años, durante el periodo Cretácico, y destaca por ser uno de los esqueletos de saurópodo más completos jamás hallados en Europa.
Los restos encontrados incluyen vértebras cervicales, dorsales y caudales, así como partes de las cinturas y elementos de los miembros, lo que ha permitido a los investigadores describir su morfología con un detalle sin precedentes. Con una longitud estimada de 20 metros y un peso de alrededor de 15 toneladas, Qunkasaura pintiquiniestra habría sido una presencia imponente en los paisajes de la Península Ibérica.
Este descubrimiento es especialmente significativo ya que, hasta la fecha, los restos de titanosaurios en Europa eran escasos y fragmentarios, lo que limitaba su estudio. El paleontólogo Francisco Ortega, líder del equipo de investigación, subraya la importancia del hallazgo: “Con este descubrimiento, ya son dos las especies inéditas descritas en el yacimiento de Lo Hueco, lo que destaca la relevancia de este sitio en el contexto paleontológico europeo”.
La revista Communications Biology ha sido la encargada de recoger y difundir el hallazgo de Qunkasaura pintiquiniestra, un nombre con profundas raíces en la cultura conquense. "Qunka" hace referencia al topónimo más antiguo del área de Cuenca y Fuentes, conectando al dinosaurio directamente con su lugar de origen. El término "Saura", además de ser el femenino de "saurus" en latín, que significa lagarto, rinde homenaje al famoso pintor español Antonio Saura. Por su parte, "pintiquiniestra" evoca a la reina griega mencionada en la célebre obra Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, añadiendo un toque literario a la nomenclatura de esta nueva especie.
El yacimiento de Lo Hueco, situado cerca de la localidad de Fuentes, en Cuenca, se ha consolidado como uno de los más importantes a nivel mundial para el estudio del Cretácico Superior. Su descubrimiento en 2007, durante las obras de construcción de la línea de alta velocidad AVE entre Madrid y Levante, fue completamente fortuito, pero resultó en un tesoro de más de 12.000 fósiles que han permitido a los científicos explorar en profundidad la fauna y el entorno de esa época.
Francisco Ortega, quien ha estado al frente de las excavaciones desde el inicio, recuerda el momento en que las máquinas encontraron los primeros restos: “Nadie esperaba que apareciera algo allí, pero cuando empezaron a excavar, encontramos una especie de bolsa con huesos de dinosaurios en una condición mucho mejor de lo que conocíamos en Europa”.
Tras el hallazgo del yacimiento, los restos fueron excavados y trasladados rápidamente hasta una nave situada a las afueras de la ciudad de Cuenca, para que las obras de la línea del AVE pudieran continuar. Fue un trabajo intenso en el que participó un numeroso equipo técnico.
La importancia del yacimiento no se limita a los dinosaurios, aunque estos han sido los protagonistas. El sitio ha revelado una diversidad de fauna fósil que incluye no solo saurópodos, sino también otros grupos de vertebrados, pintando un cuadro detallado de la vida en la Península Ibérica hace millones de años. En particular, los esqueletos parciales de grandes saurópodos y las numerosas especies descubiertas sugieren que esta región albergaba una fauna endémica y diversa, con algunos animales migrando desde otras partes del continente.
El yacimiento de Lo Hueco no solo ha proporcionado valiosos fósiles, sino que ha abierto nuevas líneas de investigación. Recientes estudios en la misma formación geológica han revelado cientos de huevos de titanosaurios, lo que sugiere que estos dinosaurios utilizaban ciertas áreas como zonas de anidación recurrente, similar al comportamiento de las tortugas marinas actuales. Este descubrimiento ha motivado a los paleontólogos a continuar sus investigaciones, ampliando nuestro conocimiento sobre la vida y el entorno de estos impresionantes animales prehistóricos.
